Un beso francés de romance clásico; un beso francés impulsivo, robado; un beso francés en Buenos Aires, o en Ushuaia; un beso francés que descubre el horror del amor; y mata fantasmas que no quieren irse; y recibe otros que van a quedarse. Ese que se pierde en el bosque, y detrás de la oreja de cualquier nube. El que roza los labios y la piel, y fertiliza el territorio haciéndolo suyo. Haciéndolo húmedo.
lundi, février 27, 2006
Fertilizante berreta
Te odio, te amo, te odio de nuevo y vuelvo a amarte. Te odio más. Te maldigo.
Una seguidilla de momentos frustrantes, acariciando un árbol muerto.
Así estabas cuando te encontré. Una prolongación. Una rama muerta tirada junto al árbol.
Un cadáver verde.
Podrido.
Podrida yo también, harta. Regando en vano un árbol muerto, sabiendo que nunca volverá a vivir. Recorriendo lugares en busca del mejor fertilizante. Y te odio.
Mis bolsillos quedaron vacíos. Ya no hay monedas de amor que apostar. NO queda nada. Te amo.
Inescrupuloso, desagradecido, infantil como Pinoccio. Y no soy de madera.
Infeliz, desgastante, aniquilador, estafador. Jugador empedernido de mis monedas. Fertilizante berreta, eso es. Berreta y sucio.
24/11/2005
vendredi, février 24, 2006
Tiempo de arroz eterno
Este plato de arroz parece no acabar nunca.
La cerveza está fría, esperando a ser tomada.
Una mano tibia está en guardia;
busca el momento perfecto para avalanzarse y dar esa caricia.
Abro la heladera, abro la cerveza.
Mis manos ahora están frías.
El plato de arroz no termina.
Como todo de los chinos, milenario.
Como el tiempo que no pasa.
El cambio de hoy: un minuto de tu tiempo, un milenio de mi vida.
La cerveza está fría, esperando a ser tomada.
Una mano tibia está en guardia;
busca el momento perfecto para avalanzarse y dar esa caricia.
Abro la heladera, abro la cerveza.
Mis manos ahora están frías.
El plato de arroz no termina.
Como todo de los chinos, milenario.
Como el tiempo que no pasa.
El cambio de hoy: un minuto de tu tiempo, un milenio de mi vida.
dimanche, février 19, 2006
Amantes
Hay amantes que se huelen.
Saborean de lejos la victoriosa llegada del otro.
Un pie nervioso se sacude contra el parante de la silla.
Un paso más lo acerca al otro.
Hay amantes que se huelen.
Una mirada los convierte en sudor.
Unas manos revolotean inquietas sobre la piel.
Un segundo más y estalla el mundo.
Hay amantes que se huelen.
Buscan el beso prematuro... y se queman.
Saborean de lejos la victoriosa llegada del otro.
Un pie nervioso se sacude contra el parante de la silla.
Un paso más lo acerca al otro.
Hay amantes que se huelen.
Una mirada los convierte en sudor.
Unas manos revolotean inquietas sobre la piel.
Un segundo más y estalla el mundo.
Hay amantes que se huelen.
Buscan el beso prematuro... y se queman.
Reirse en Febrero
Un llamado desde las bajas latitudes está infomado de que en estos pagos la temperatura está a punto de hacer estallar los termómetros fueguinos. Sonrío. Me río sola. Nos reímos. Me gusta.
Son como cosquillas de aire en Febrero.
Eso pasa. Bah', eso le pasa a la gente de corazón de galletita de agua. Vacía la sal en la pileta de la cocina y saca la basura. Y se ríe. Son como cosquillas sin manos apoyadas.
Piel, plástico, satélites, plástico y piel. Y la luna, siempre la luna descanzando en el balcón, esperando un nuevo nacimiento.
Para volver a reír.
mercredi, février 15, 2006
I'm my Valentine's
Ida y vuelta. De casa a la facultad, y de la facultad a casa. Examen de Matemática II de por medio. Única visita al mundo exterior del día.
Apenas bajé del colectivo para caminar las dos cuadras hasta la facultad, me cruzo a un sujeto con un ramo de flores y cara de "Con esto hoy, la mato".´
Examen.
Salgo de la facultad con un nivel matemático de área tendiendo a infinito positivo; en la puerta, una chica y su novio abrazados y no miento, un ramo ENORME de flores. En esa cuadra, ocho tipos con sus respectivas parejas y sus florcitas. "Mierda, ¿Me estarán persiguiendo con este mundo sabor a rosa dulce?". Me empalagué.
Próximo a la parada del colectivo un auto se detuvo por el semáforo. El vidrio del lado del acompañante estaba bajo, era una pareja. La chica desenvolvía su regalo... un oso con un corazón enorme que decía "Amor" o alguna cursilería de esas. Mezcla de asco y ternura. Ojo, lo de asco es por el peluche... me dan náuseas.
Soy de las que prefieren mate matutino y beso en la frente, o un bon o bon compartido. ¿Oso de peluche?... puedo llegar a infartarme.
"Al carajo, yo soy mi San Valentín". Y en la florería de la esquina de casa, compré flores. Me enamoré de mi living.
Buen día a los enamorados, y a los desenamorados también... porque alguna vez lo estuvieron, y alguna vez lo estarán nuevamente.
Apenas bajé del colectivo para caminar las dos cuadras hasta la facultad, me cruzo a un sujeto con un ramo de flores y cara de "Con esto hoy, la mato".´
Examen.
Salgo de la facultad con un nivel matemático de área tendiendo a infinito positivo; en la puerta, una chica y su novio abrazados y no miento, un ramo ENORME de flores. En esa cuadra, ocho tipos con sus respectivas parejas y sus florcitas. "Mierda, ¿Me estarán persiguiendo con este mundo sabor a rosa dulce?". Me empalagué.
Próximo a la parada del colectivo un auto se detuvo por el semáforo. El vidrio del lado del acompañante estaba bajo, era una pareja. La chica desenvolvía su regalo... un oso con un corazón enorme que decía "Amor" o alguna cursilería de esas. Mezcla de asco y ternura. Ojo, lo de asco es por el peluche... me dan náuseas.
Soy de las que prefieren mate matutino y beso en la frente, o un bon o bon compartido. ¿Oso de peluche?... puedo llegar a infartarme.
"Al carajo, yo soy mi San Valentín". Y en la florería de la esquina de casa, compré flores. Me enamoré de mi living.
Buen día a los enamorados, y a los desenamorados también... porque alguna vez lo estuvieron, y alguna vez lo estarán nuevamente.
samedi, février 11, 2006
Cítrico
Verano cítrico, fresco y de sol. Por momentos rosado y en otros un tanto rojo, demasiado rojo.
Me gusta el demasiado, el rojo y el bordeaux; me gusta la nieve y el sol detrás del cerro. Bajo un árbol.
Naranja en la piel, limón en las axilas y mandarina en el pelo. La piel blanca, antártica. Y el sol, siempre el sol detrás de un cerro. Bajo un bosque de cemento.
Lluvia de semen, dellirium tremens. Cítrico y no arde. Escupe el ácido sabor con una sonrisa de dientes pequeños. Escupe el citrus rosado de un pomelo matutino.
vendredi, février 10, 2006
vendredi, février 03, 2006
Adiós, Ushuaia
Un avión más, víctima de las lágrimas australes de una jovencita que aún no sabe cuál es su casa.
Muchas cosas se cayeron en el mismo momento en que el avión despegó. cosas que serían complicadas de explicar... y de entender.
No queda nada, una nube pasa y ya ni siquiera retengo la imagen en mi retina. Sólo recuerdo que pensé: ¡Qué grande está Ushuaia!; y siento que, graciosamente, estoy creciendo un poco más con esta partida.
29/01/06
11.49am