Vamos viajando de almohadas ajenas a almohadas nuevas. Ajenas, también. Andamos compartiendo nuestros sueños con esos sujetos decoloridos. Yendo y viniendo entre sábanas grises.
Adaptando y adaptándonos.
Vamos repartiendo el aire buscando ocuparnos en algo. Y cuando el aire se acaba, inventamos un nuevo sueño, hasta que aparece una nueva almohada. Vamos y venimos nuevamente entre las mismas sábanas grises.
Y bailamos solos en los días de lluvia.
3 commentaires:
Nunca lo había pensado de esa manera. Esta buenísimo. Las almohadas marcan.
...y siempre nos volvemos a encontrar.
Y caemos en la misma trampa. Aunque de vez en cuando logramos salir.
Hermoso wada....Todo bien? me fue bien en el parcial...9.50 jejeje, feliz.
Nos vemos!
Celes: esa es otra historia ligada a esta misma. Viajamos de a pie, en subte, taxi o colectivo... para llegar a esa almohada fría. Ay Alá, ¡Qué frivolidad!
Mumiç: no me diga ahora que yo lo hago pensar de otra manera. A su salud Mumiç, a su salud.
Santago: ¿Qué?...¿Era una trampa?
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