Un beso francés de romance clásico; un beso francés impulsivo, robado; un beso francés en Buenos Aires, o en Ushuaia; un beso francés que descubre el horror del amor; y mata fantasmas que no quieren irse; y recibe otros que van a quedarse. Ese que se pierde en el bosque, y detrás de la oreja de cualquier nube. El que roza los labios y la piel, y fertiliza el territorio haciéndolo suyo. Haciéndolo húmedo.
jeudi, mars 06, 2008
Capri, c'est fini
Guada, basta de escribir, sobre sombras amarillas. Esas, ni siquiera, saben a vainilla.
Miro la ventana, sentada en la silla. Y aunque nada espero hoy me siento pilla.
Loca, devastada, desconsiderada. Loca, te aseguro, que ya estás cansada.
5 commentaires:
Las sombras amarillas no cansan, la ventana, que colorea a su antojo lo que trasluce, sí.
¡Hay que cambiarse de ventana!
Mientras sigas loca...
Linda amiga, volvi al blog, estamose en contacto, maniana(no tengo enie) te espero en casa.
mua
ui y se me escapo una e demas tambien. te quiero te digo depaso.
va a volver?
Enregistrer un commentaire