El que no se funde o no es perspicaz, pierde por berreta. Pierde lo barato del placer. El elixir del amante no es el placebo de los Dioses, sino un cúmulo oscuro y húmedo.
Porque tanto en la oscuridad como en el alba, los cuerpos que se rozan y refriegan contra las sábanas, son los mismos.
Porque la medialuna o el sol entre las nubes no es sitio para perder la cordura y recuperar el despecho. Y las sábanas tampoco... a menos que estén frías.
4 commentaires:
un loco tu búsqueda del despacho del despecho, te metiste en camisa de... ya se sabe.
No no no. Las sábanas frías son una porquería. Para algo se invento la bolsa da agua caliente.
La berretada pierde, siempre, por su mezquindad. Hay que morir en soledad o morir matando. Jamás, y escúcheme bien en esto, jamás se muere a mitad de camino.
Cordialmente,
Yo.
Persio: todo lo que no sabemos dónde tirar, es mejor perderlo en las sábanas. Es como un pequeño abismo casero.
Mumiç: yo me meto en todos lados. Ágil, sigilosa y plegable.
Dandy: ahi vá, como le decía a Persio... entre las sábanas se pierde todo (y eso incluye las bolsas de agua caliente).
Errante: no moriré a mitad de camino, mi capitán! O completamos el mandato, o renunciamos por cobardes; y aquí tiene usted una mujer que ya se despojó de toda cobardía.
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