jeudi, juin 23, 2005

Nexo conector

Sos mi amor del fin del mundo, que me vuelve moribundo con tu piel Tierra del Fuego.



Cuando el cielo busca un gris tornasolado, y tus ojos brillan porque ven mis manos descalzas caminando por tu cuerpo; es en ese mismo instante cuando todo gira igual.
De un igual contra distinto nace una brutalidad, tan humana como el alma, como un puñado de sal. Del tamaño de un botón es el cariño que me falta, del color del arco iris el ardor que hay en mi cara.
Busco blanco, azul, un verde. Tengo rojo, corazón. Las palomas sobrevuelan y en el viento buscan sol. ¡Qué idiotez!, sabés muy bien de mi desagrado, sabés que no me caen bien. Si quisiera cantaría, pero no me siento bien.
Revisando mis bolsillos, di con una monedita. Fui al parque, compré maíz, y sentada, tarde entera, comprendí de la raíz que bajo la vereda quiere salir a la luz.
Hace poco y hace tanto, ¿Qué tiene Buenos Aires de mí? ¿Qué es el pueblo sin los pasos de una pequeña codorniz?.
Hay gaviotas, vuelan alto, busco atenta una lombriz. La fritura de mis manos no cree querer estar más allí. Y los sesos disimulan la picazón del frío, del agua, del viento. Y los árboles bailan, de reojo yo los vi.
Fui un momento. A solas con el mar salado, frío, asesino y hermoso. Condenado del sur, condenado de belleza. Frutos de primavera que se acercarán tan pronto que no te darás cuenta.
Y si el cielo, el que nos une, otra vez se pone gris, ya no me preocupo. Sé que va a hacer frío, sé que mis guantes van a estar escarchados en breve. Sé del bosque, sé del viento, de la nieve, las palomas, del blanco puro del suelo. Y las nubes, de un cielo que en algún lugar está uniéndome nuevamente a la raíz de ese árbol maltrecho que no conoce la danza del viento.

mercredi, juin 22, 2005

Hoy no

No te quiero buscar, porque no te quiero encontrar. Y si no te encuentro no me voy a poner mal [porque no voy a estar buscándote].
No voy a evitarte, sólo voy a esquivarte. No quiero lastimarte, ni tampoco lastimarme.
Tengo la piel cruda, caliente.
No quiero que vuelvas a ponerte esa corbata. Ya no me impresiona más tu estilo de hombre elegante. No me interesa que difames por ahí las cosas que te digo. No me interesa que las medias no te combinen con la corbata. Tu corbata es horrible, sabelo. Tu corbata es corbata de amargura, de perdición, de vicio y comezón.
Y aunque hoy me quieras contar los cuentos más perversos de la historia, no quiero escucharte. No puedo detenerme a pensar en tus patrañas, en tus mentiras, en tus metáforas absurdas con olor a bacalao. No tengo ya interés en remontarme a realidades inexistentes a bordo de tu barco de sueños no alcanzados. Se me acaba el tiempo, y la paciencia.

mardi, juin 07, 2005

No te invito

La tetera es de porcelana, pero no se ve... yo no sé por qué.



Con vos al fin del mundo. Y me pregunto, ¿Si del fin del mundo vengo, tengo que llevarte a mi casa?. Madre dijo una vez que no debo hablar con extraños; aunque debo admitir que lo he hecho en más de una oportunidad.
¿Seré castigada por alguien?... No lo creo.

¿Estamos invitados a tomar el té?
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