jeudi, février 22, 2007

El tiempo

Se prende fuego, arde, como una vela.
Tal vez, estemos escasos de tiempo.
El tiempo, seductor eterno de nuestros pasos. Como aquél jovencito que desabrochaba souttienes sin que las damas lo notasen.

Con estos estúpidos relojes no vamos a controlar el tiempo. Ni vos, ni yo, ni nadie. Algo tan poco palpable que paradójicamente se nos va de las manos a cada momento. Y nos roza la nuca mientras se aleja. Nos cambia la cara, el cuerpo y las manos. Nos cambia la voz, las esperanzas y hasta altera nuestros proyectos.

Ni vos, ni yo, ni nadie va a detener esto. No podremos pedir una extensión, no podremos pedir un plazo más. No nos va a alcanzar el tiempo. Siquiera vamos a notarlo.

Podemos pasar demasiadas tardes discutiendo el orden en que vamos a llevarnos adelante en la vida; y de todos modos estaremos regalándole mucho tiempo al tiempo. Ladrón eterno de pedacitos pequeños de la vida completa de la gente. Maldito tiempo, y yo sin reloj.

mardi, février 20, 2007

Útero de lenga

Para que sus pies siempre se mojen
en el agua fresca; y las escondidas
en el bosque, la hagan más feliz.
A mi siempre amada, y tan amada
hermana del alma: Vedrana.

Es el cielo que te vio nacer, princesa.
Es el cielo que te dio el primer beso
en la frente, y dale para adelante.
Es el cielo que se moja los pies en el mar,
el que baila con los árboles.
Y dibuja la silueta de las montañas.
Y se cobija en la nieve.
Porque en la nieve encuentra amor,
encuentra el calor antártico.

Fueguina, corazón:
Piernas blancas, bahía saliva.
Besos de coihue, brazos de lenga.
Notro dispuesto a la sonrisa prisma.
Calafate en los dientes, dulce.
Dulce primavera, dulce otoño.
Dulce nieve dulce, verano satelital.
Tierra fértil, vientre de humus.
Turba en el alma cuando estoy lejos;
turba en tu suelo de baja latitud,
de nieve en los techos,
de sol entre las nubes blancas.
En un cielo azul rosado y naranja.

Todo en un tiempo, todo en Ushuaia:
un útero natural,
una madre con brazos de tierra.
Corazón de lenga
y cara de bahía.
Que te alimenta
con leche salada de mar,
con el aire más antártico
y frío del continente.

mardi, février 06, 2007

Dispara. Acciona

Hay una pistola
que dispara
con cada mirada (tuya)
con cada palabra (cruda).


Es el artificio mágico
de un amor
de no correspondencia,
de incomunicación.

Donde vos no sabés nada
y yo no sé más
que vos armaste
esta revolución.

Donde mi corazón
(o lo que sea)
pero da vueltas
muchas vueltas.

Me desespero
en la incertidumbre.
Desespero.
Pero espero.

Abril tal vez sea
el mes del amor
O el de la desesperanza.
Sino, viajo a Francia,
me perfumo.

Encuentro un buen amor
y te guardo
en esa caja de colores
que aun conservo.

Con otros amores.
Adolescentes.
Es la creciente
y el miedo a la edad.

El miedo a crecer
y tal vez a arriesgar
el todo por la nada
en tu bolsillo una carta.


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