que yo tanto quería escuchar;
y con ellos mis semanas
bien hiciste comenzar.
Descubrí en tu sonrisa
la ternura que se crispa,
y debajo de mi almohada

guardé tu león de mañana.
Todo giraba, amarilo.
Todo giraba y ni cuenta te dabas.
Yo que escondía mis lágrimas,
vos no entendías palabras.
Todo giraba, domingo amarillo.
No fuiste canción,
más bien un grillo
que se quedó a dormir en mi ombligo.
Hasta el domingo, gira amarillo.
Hasta el domingo, eres un sueño pillo.
Niño domingo, niño amarillo.
Duerme amarillo, huele a domingo.
Duerme conmigo, todo un domingo.