Un beso francés de romance clásico; un beso francés impulsivo, robado; un beso francés en Buenos Aires, o en Ushuaia; un beso francés que descubre el horror del amor; y mata fantasmas que no quieren irse; y recibe otros que van a quedarse. Ese que se pierde en el bosque, y detrás de la oreja de cualquier nube. El que roza los labios y la piel, y fertiliza el territorio haciéndolo suyo. Haciéndolo húmedo.
mardi, mars 22, 2005
Sin nombre... ni estrategia.
Miro ambas direcciones, lo intento. Observo de nuevo. Y me acerco, y atino a hacerlo. Me detengo. Debo ser cuidadosa, lo sé. Me siento, cruzo mis piernas, busco la estrategia.
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