Si me dejás te robo esa sonrisa y la guardo en mi retina. Guardo un gesto de sorpresa en una cajita y hago un caramelo con tu voz.
Si me dejás, puedo enamorarme tanto de vos como de las montañas. Enamorarme tanto.
Si vos querés, puedo darte mis guantes de caricias rojas, y en un truco de magia sacar de mi pelo el eslabón que te haga falta.
Si vos querés, dejo sobre tu mesa de luz besos de “buenas noches” que se multiplican con la luna nueva.
Si vos querés, y si me dejás, te voy a extrañar un poquito.