vendredi, janvier 02, 2009

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Besarte
se convierte en un pecado celestial,
cada mañana.
Estoy dispuesto
a irme al infierno
por un beso tuyo.


Tocarte ahí,
donde el tumulto de la gente no se detiene,
donde son tus latidos
los que me entretienen,
es como tener éter puro en un frasco.


Masticaría tus tobillos
si fuera necesario
para hacerte revivir.
Atornillaría mis manos a tus caderas
para mantener eterno
ese movimiento danzante.


Que tu pelo sea el viento.
Que tu piel sea el cielo.
Que tus manos sean mi Dios, y
tus piernas el camino.


Y recorrerlas, preciosa,
hasta el infinito edén
de tus carnes más sentidas.
De tus piernas, presumidas.


2 commentaires:

Gringo a dit…

"Tocarte ahí,
donde el tumulto de la gente no se detiene,
donde son tus latidos
los que me entretienen,
es como tener éter puro en un frasco".

Me gusta esa parte. En general me gustan varias de tus cosas escritas ya que siempre hablás del cuerpo. Es que es el último lugar de intimidad... no sé... ahí no hay mentiras ni verdades ni nada. El cuerpo desnudo es todo y es hermoso.
Bueno, sólo eso.
Abrazo:
gringo

G. a dit…

Gracias Gringo!, siempre es lindo leerlo. Un abrazo

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