Renacer de las cenizas

Cuidado con tanto brillo. La maravilla encandila y no deja ver el defecto. En efecto, casi todo lo brillante, tarde o temprano, va perdiendo su cualidad principal y se avejenta. ¡Qué asco!
Tal vez sea mejor que las cosas se queden donde están, ahora que todavía brillan un poco.
Como un artista en la cúspide de su carrera. Retírese y guarde el recuerdo. No espere el declive, porque todo lo que sube, baja, y todo lo que brilla, no es oro.
La perfección no existe. No existe.
No reclame. No insista. Disfrute del éxito y ya. Sepa terminar cuando hay que terminar.
Su carrera no acabará aquí. El final es también el comienzo.

Termine. Saque nuevamente su brillo interior, y vuelva a comenzar con toda su gloria.
Como un Ave Fénix.