mardi, mars 20, 2007

Hombre(s)

Un hombre inquieto es como una pulga detrás de la oreja.
Un seductor venido a menos es como un circo de luces apagadas.
Un ciclotímico es como un mono intentando desatar una soga.
Un mitómano es un fracasado vestido de seda.
Un fracasado es aquel que se esconde del swin.
Un intelectual es un mozo buscando sobresalir sin romanticismo.
Un romántico sin cinismo es como un libro sin tapas.


Ella no puede escribir con los dientes sucios,
y mientras los cepilla pasa letra de su próximo texto.

El día que desaparezcas por completo, te irás con mi inspiración.
Y sólo me quedarán los adverbios.
El día que comprendas plenamente el amor, habrás muerto.
Y sólo quedarán tus fotos de recuerdo blanco y negro.
El día que vuelvas a amar, sabrás que fui la única.
Y sólo quedarán tus palabras en el viento.
El día que escribas una nueva carta de amor, te sentirás fuera de tus zapatos.
Y sólo quedará el hechizo bajo las cenizas de aquel cigarro que nunca apagaste.


Ella no puede escribir sin pensar en alguien,
y escribiendo recorta las mejores partes de esos hombres.

4 commentaires:

Cereza Martinez a dit…

hombresggggg

G. a dit…

y... si, hombres

Anonyme a dit…

(Ya no me quedan tantos así en la caramelera...felices pascuas)

Vamos a mi algibe
a beber la nada
vamos a besarnos
sin decirnos nada
Si pisas mi sombra
no puedo escaparme
Mon amour las sobras
son de aquella tarde

Si toco tu cara
la mano me arde
nada mas quiero
volver a tocarte
hace algun tiempo
te vi por la vida
pasabas segura
muy seria diviana
pasaba la luz,
por tu nariz se iva
que linda nariz
que linda la vida.

He pensado en mudarme
a Cabildo contigo,
en la esquina amarilla
en aquel edificio
Se que Serían
los lunes lunares
los martes de Marte,
los viernes de Venus.

Desayunar
en un balcón privilegiado
hablar pavadas y reirnos
aun desorientados
pasar de largo los detalles
de la tele y las vecinas
espiarte, darte un baño
de mirada en la cocina
algo así sería la vida
en la esquina amarilla
con mañanas de sol
y tardes de orilla.

[Jueves, 21 de Septiembre de 2006, 03:49:18 a.m.]

G. a dit…

Ya sabes, no me gusta
aún tanto, Buenos Aires.
Cabildo está en otra parte
así que me largo, con mi sangre.

El sol calentó el azucar
fundió todo el caramelo.
Tendrás de nuevo que buscar
de esos, en otro cielo.

La vez que segura me viste
fue antes de estar muy triste.
El amarillo se fue
y se llevó mi alpiste.

Debo confesar, que a veces
lo veo (al amarillo) de reojo
y pienso que aún con creces
no calmaré más mi antojo.

Ya no prometas balcones,
ni besos, ni mordiscones.
No quiero más rebeliones,
quiero paz, pero en canciones.

El sol me baña temprano
no podrás seguirme la mano.
Te veo, ya muy lejano,
y te aprecio, sin más desgano.

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