Dos estrellas se prendieron en sus ojos. 
De su boca salía el fuego de un dragón azul. 
Sus piernas se estiraron.
Nuestras manos se ataron.
Y como Rapunzel, 
mi pelo creció kilómetros en un segundo.
Venus llamó a Zeus.
Zeus sopló...
...y mi pelo lo ahorcó.
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